Historia y Tradición
Los restos de Alonso de Ojeda
La
historia registra que los restos del navegante Alonso de Ojeda se
encuentran en el convento San Francisco de República Dominicana, pero la
verdad verdadera es que están en Ciudad Ojeda, estado Zulia. Ojeda,
considerado el más importante navegante después de Colón, nacido en la
provincia de Burgos el año 1472; descubridor de Curazao, cabo de San
Román, golfo de Venezuela y del Lago de Maracaibo. Es el primer
gobernador del Nuevo Mundo nombrado por los reyes católicos, con
extensión desde el Mar Caribe
hasta lo más extremo del Sur del continente, sin limitación geográfica
alguna.
Dio el primer uso industrial del petróleo al
calafatear sus naves con betúmen tal como lo realizaban los indios;
realizó el primer mestizaje en el continente al casarse con Guaricha,
una nativa de Coquivacoa a quien bautizó Isabel, en honor a la reina
española. Construyó en la Guajira el primer barco en América;
considerado el primer conquistador del continente, primer navegante en
recorrer por primera vez la costa venezolana.
Gracias a las
influencias de Juan Rodríguez Fonseca, acompaña en 1493 a Colón en su
segundo viaje, llegando a la isla “La Española”, hoy Santo Domingo. Al
regresar a España consigue el patrocinio a través de Capitulaciones con
los reyes, para realizar su primera expedición que salió el 18 de mayo
de 1499 desde el puerto de Santa María, siguiendo la ruta del tercer
viaje de Colón, acompañado del
navegante italiano Américo Vespucio y Juan de la Cosa, cartógrafo quien
realizó el primer mapa del nuevo continente y de Venezuela.
La
flota llegó a Trinidad, las bocas del Esequibo y del Orinoco, Isla de
Margarita y Cumaná; en sus toques costaneros para aprovisionarse de agua
y frutos, tuvo que combatir contra los aborígenes ubicados en Puerto
Cabello y Tucacas. Siguieron a Curazao denominándola Isla de Los
Gigantes por la altura de sus aborígenes. Continuó por Aruba y Bonaire;
el 9 de agosto de 1499, día de San Román llega a la Península de
Paraguaná, en el punto más septentrional de Venezuela, cabo de San
Román.
El 24 de agosto llegan a la entrada del Lago de
Maracaibo bautizándolo San Bartolomé, día de ese santo, al adentrarse al
golfo observaron los palafitos que le recordó a Juan de la Cosa a
Venecia; continúa hacia el Cabo de la Vela -hoy Guajira y Santa Marta,
regresa a Santo Domingo para
abastecerse y seguir a Cádiz, donde llega en junio de 1500, con perlas,
oro, esmeraldas y algunos aborígenes esclavos, entre ellos su esposa
con quien procreó tres hijos.
Ella le servía de intérprete
durante su estada en las poblaciones indígenas, e inclusive le salvó la
vida en varias ocasiones. Con el nombramiento de gobernador de
Coquivacoa salió en su segunda expedición hacia el Nuevo Mundo en 1502,
donde recorrió el Golfo de Paria y Margarita; regresa a Santo Domingo,
donde es encarcelado durante dos años por las denuncias de sus
acompañantes.
En esa isla caribeña organiza en 1508 una
tercera expedición, la cual fracasa por la falta de abastecimientos, por
los ataques de los indígenas de la Guajira con flechas envenenadas y
por la codicia de sus compañeros de viaje. Sin dinero y desmoralizado se
aloja en el Monasterio de San Francisco en Santo Domingo, donde muere
en 1515; antes de morir, pidió ser
enterrado en las puertas del templo, de manera que los fieles al entrar
y salir lo pisaran en penitencia por los pecados cometidos durante su
vida, especialmente por el asesinato de los indígenas.
Isabel,
de noche lloraba frente a la tumba y realizaba sus oraciones guajiras,
ella muere a los quince días, siendo enterrada al lado de su esposo por
los sacerdotes franciscanos. Al profundizar la investigación, notamos
que sus restos no se encuentran en el Monasterio de San Francisco en
Santo Domingo, cuya construcción data de 1505, actualmente está en
ruinas. En 1965 con motivo de una insurrección militar, las tumbas
fueron profanadas.
Venezuela en tres ocasiones (1889, 1942 y
1949), solicitó traer las cenizas, pero el gobierno dominicano negó la
solicitud, debido a los incendios petroleros que afectaban a Lagunillas.
El presidente Eleazar López Contreras, funda el 13 de diciembre de
1939, día de Santa Lucía, a
Ciudad Ojeda. El distinguido sacerdote agustino, historiador,
investigador acucioso, educador, escritor de fina pluma y abogado
Fernando Campo del Pozo, actualmente en Zaragoza; como párroco de Ciudad
Ojeda, desde 1964, se preocupó por recuperar las cenizas, a tal fin
habló con su Eminencia el Cardenal Quintero y éste a su vez con las
autoridades dominicanas, recibiendo respuesta negativa.
El
padre Campo viajó a Santo Domingo en diciembre de 1981 para realizar las
diligencias ante la Academia Nacional de Historia e instituciones
oficiales y eclesiásticas, pudiendo recoger, notarial y trae a Ciudad
Ojeda las cenizas, las cuales en acto público, se colocaron en un cofre
de vidrio, bendecidas con agua del Lago y cubierta con la Bandera
Nacional por monseñor Ramírez Roa, obispo de Cabimas.
(*) Gral. De Bgda.Los restos
Respetado General:
ResponderEliminarFUE un VULGAR ROBO realizado en 1964 en Santo Domingo (ademas destruyeron una ESCULTURA de OJEDA y la fundieron como metal
NUNCA ese señor Campos hizo diligencias con Academia de Historia, ni el Clero dominicano