Barinas, 27 de julio del 2021
IORFAN, UNA OPINIÓN MÁS
Un hecho real actual es el cobijo
institucional legítimo y formal de un sector de los profesionales militares de
la Reserva Activa de nuestra Fuerza Armada, (término que no entro a discutir
sobre quienes disienten de él y sólo aludo como la expresión cotidiana usada,
porque la contiene la LOFANB del año 2014 y que igualmente conserva, aunque sin
abundar en detalles, la Ley Constitucional de la FANB aprobada en ANC con fecha
29 de Enero de 2020. Sin embargo, ni nuestro vértice, ni nadie ha hecho
comentario formal alguno sobre el particular), a saber los Oficiales Efectivos
que pasan a retiro, los Oficiales Asimilados con derecho a pensión y las
Pensionadas sobrevivientes con derecho que deseen hacerlo; todo este grupo
pertenece al ente creado por el estado el 20 de noviembre del 1958, hace 63
años con el nombre de OFIDIRE, modificada su ley el 10 de agosto del 1990,
donde cambia a su nombre actual “Ley del Instituto de Oficiales de las Fuerzas
Armadas en Situación de Retiro” (IORFAN), el que su propósito es agrupar,
vincular, fortalecer la fraternidad y ser un procurador de los medios de
bienestar económico, social y cultural de los Oficiales que pasen a dicha
situación. El resto de la Reserva Activa se apoya en sus diligencias directas,
o en organizaciones privadas creadas por ellas, o por la acción misma del
IORFAN que a lo largo y ancho del país, a través de su red operativa en 15
ciudades, ante la necesidad de atención social de un miembro de nuestra Fuerza
Armada, no discrimina su apoyo si está dentro de sus capacidades; todos ante la
estructura del Sistema de Seguridad Social de la FANB, del que vale decir, para
su atención a la familia militar venezolana cuenta con los siguientes entes : IPSFA,
IACFANB o CÍRCUMIL, IORFAN, DIGESAMIL, BANFANB, SEGUROS HORIZONTE y otros.
A las dependencias de esta estructura,
establecidas en diferentes ciudades del país, sus AFILIADOS ACUDEN a solicitar
sus servicios, acogiéndose a los procedimientos administrativos
correspondientes; no obstante dentro de este vasto grupo, la FANB ha tenido
históricamente su reconocimiento hacia los fraguadores en el tiempo de su
identidad y se ha ocupado de que el día en que cesan su actividad en la institución,
no se produzca una diáspora, sino que continúe alimentándolos la savia
institucional, la fraternidad y el compañerismo; y allí, de ipso facto pasan a
ser parte del IORFAN, por ello el lema IORFAN SOMOS TODOS.
En este IORFAN, apoyado en una nómina que
es parte del presupuesto del MPPD con un contingente estimado de 98 personas a
nivel nacional, de las cuales 27 son Oficiales en Reserva Activa, en distintos
cargos de la estructura (Directiva, Directores, Jefes de Seccionales y
Comisiones: Electoral y de Revisión de Gestión), motorizan cada año más de
4.000 actos administrativos ante los diferentes espacios de la estructura
convencional del sistema de seguridad social de la FANB, coadyuvando a la
solución de problemas no atendidos o hecho parcialmente, por las razones que
para cada uno hubiere. Así vemos como compañeros de armas, Afiliados o no, se
les visitó en su lecho de enfermo, se le gestionó una medicina, se le tramito
una consulta médica, se le agilizó un reclamo administrativo, se le invitó a
discutir un tema institucional, aunque ni siquiera se dé por aludido, se
realizan antesalas ante entes administrativos, afines o no, en la procura de
atención social para todos y con las limitaciones del caso, pero dentro de lo
posible, es imagen de la Fuerza Armada en coloquios institucionales compartidos
con la sociedad civil o en la despedida terrenal de los hijos en Reserva Activa
de partida temprana. Ese IORFAN, que aún en pandemia, rinde culto a su
propósito, VA A SUS AFILIADOS a diferencia de sus homólogos a los que se tiene
que ir, por lo que es ÚNICO, no sustituye funciones ni se solapa con otros. Si
no existiera habría necesariamente que crearlo para evitar la segura
inmisericordia ante la mendicidad institucional.
Al IORFAN pertenecemos por condición
natural todos los Oficiales que hemos pasado a la Situación de Retiro, que se
estima su número cercano a los 11.000 Oficiales, de los cuales cotizamos
económicamente menos de 5.000 y participantes efectivos de su quehacer, un poco
más de 1.000 compañeros. Dentro de ese menguado número, desde sus mismas
entrañas, emergen viralmente posiciones encontradas sobre la razón y propósito
de su existencia, que hacen un flaco servicio al ya de por sí, debilitado
posicionamiento institucional.
A las posiciones encontradas IORFAN
no rehúye o evade, por el contrario las saluda como bienvenidas, porque serían
eventos de altura, enriquecedoras de contenido lógico racional de orden social,
buscando su compatibilidad y adecuación hasta donde sea posible, sin
desentenderse de la situación económica y social actual. Pero para ello pide a
sus promotores que sean formales y consecuentes y menos efectistas mediáticos
porque lo planteado demanda constancia, dedicación, objetividad y creatividad;
no se resuelve con un chat.
No es esta nota por razones de espacio,
lugar para enumerar las diferentes posturas antes comentadas; pero aludamos una
: La que sugiere la eliminación del IORFAN por no ser un velador real que
reclame los derechos sociales violados a los Afiliados; y en su lugar
sustituirlo por una organización privada que pueda reclamar sin restricciones.
Sobre esto debemos decir que IORFAN en el tiempo no ha sido opuesto a ser
sujeto de reformas, si éstas contribuyen a su mejoramiento funcional, o a la
creación de un nuevo ente, que su reemplazo resuelva restricciones de atención
a nuestra seguridad social; pero es el TRABAJO, creador, efectivo, consecuente,
constante, colectivo, solidario e institucional que involucre a todos los
integrantes del sistema, ya que son los beneficiados o perjudicados por su
funcionamiento, lo que va a permitir una mejor calidad de organización; sí, es
el TRABAJO lo que realmente va a ayudar, más que la solitaria iniciativa de
crear o modificar otras, como si se tratara de soplar y hacer botellas.
Revisemos como ejemplo, experiencias
anteriores de larga data o recientes, donde el esfuerzo de compañeros o grupos
de ellos trabajaron con denuedo y dieron vida a instituciones privadas que
buscaban contribuir a suplir el vacío del rol de reivindicador de nuestros
derechos sociales por la condición de adscripción y se hicieron eco sobre el
espacio institucional, unas más otras menos y que muchos de sus promotores se
mantienen aún en el quehacer de la actividad. Me permito señalar algunas
iniciativas, so pena de omisión de otras no menos importantes, como ASORFAN,
nacida en julio de 1992, vigente su contenido aunque inactiva operacionalmente,
pero también activos parte de sus integrantes, como el GD Enrique Prieto Silva,
como el GRUPO Pichincha, agrupación de aquilatados profesionales militares,
vigente y en pleno funcionamiento, lo lidera en la actualidad el Cnel Máximo Merchán Cedeño, como el Colegio de Licenciados en Ciencias y Artes
Militares, contenedor igual de valiosos profesionales, promotor de trabajos de
investigación de interés institucional presidido por el Cnel Rafael Briceño
Rodríguez. Interesante sería hacer converger en un coloquio estas experiencias,
más las omitidas, para extraer luces de su quehacer o de su visión de lo que
resultaría aplicable al ansiado propósito de reconversión institucional.
Mientras tanto, la vida continua y seguimos
consumiendo el calendario cronológico de las generaciones, estirpe en nuestro
tránsito terrenal afrontando sus retos cada día, por lo que guste o no, hoy por
hoy IORFAN es la institución que nos representa, contribuir con ella a su
funcionamiento y desempeño es hacerlo con nosotros mismos, las estadísticas de
logros o gestiones en favor de nuestros afiliados fueran de mayor alcance y un
ámbito polivalente, si el esfuerzo de IORFAN se orienta en un:
IORFAN PROCURADOR SOCIAL, IORFAN
INSTITUCIONAL, IORFAN Sustentable.
Ello es, sensibilizar posturas, amalgamar
criterios hacia procedimientos de provecho común y colectivo, que mermen
desperdicio y permitan mayor eficiencia en la administración del sistema de
seguridad social de la FANB, paralelamente ser promotor de la imagen
institucional por su vinculación en la cotidianidad ciudadana, compartiendo
actividades culturales, académicas y otras de la variada gama del orden social
y finalmente ser coadyuvador a su propio sostenimiento, que lo deslastre del
efecto de mendicidad que le arropa y pueda más bien ser eco material en su
propósito de solidaridad. Sería el despertar del gigante que duerme.
Está tarea alude a todos los profesionales
militares, no distingue Activos o Reserva Activa, haga cada uno lo que tiene
que hacer.
Saludo fraterno y solidario,
DONALD JOSÉ CASTILLO
Coronel
Promoción GN "Batalla de Maturín" 1971